- Maestro ¿cual es el color de la flor en la noche?
- No puede tener color porque aún no es una flor.
- ¿ Entonces cómo puedo ver la flor negra?
- Cuando percibas la roja, la amarilla o la azul. Cuando la luz bañe sus pétalos.
- El color es, por tanto, espejismo.
- Estás confuso, amigo mío. El color es sobrante de luz.
- No comprendo cómo la flor puede ser azul.
- Presta atención: el espectro de luz al llegar a ella penetra como arena en el cedazo, el cual retiene el chinarro, en este caso aparece el profundo azul. Si la trama es más tupida solo pasará el polvo, así brota el blanco. Pero si el tejido es generoso y deja paso al guijarro, tendrás ante ti el negro. ¡ Ese es el color de la flor.!
- Está pues el color en su piel….
- Vuelves a errar joven Yan, el color está en la luz.
- Pero pintando elijo el color de esa flor.
- Tu pensamiento es iluso. Al pintar “iluminas”, pero es la flor quien elige el color. Aunque bien cierto es que no vivió hasta ese instante, tú la creas al sacarla a la luz.
- ¿Y dónde se escondía?
- En ti, mi buen amigo, y en tu ansiedad. Cuando pintas nombras tus sueños y así los muestras, porque lo que no se nombra no existe y por tanto no contagia.
- Si pintar es dar a luz, el pintor es pues una bujía.
- Ciertamente, y como ella padece el orgullo del inicio y el fracaso del tiempo. Como ella, sólo existe si se alumbra a sí mismo.
- ¿Para qué pintar entonces, si el sol ilumina y lo crea todo?
- El sol nos desvela lo terreno, amigo mío, pero al pintar alumbramos lo celeste.
- Creo que ahora logro entender…….
Paseo del maestro Xu –Xian Fo y el joven Yan Shaiku
por el mercado de flores de Xinxiang .
Octubre de 2005
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